El crecimiento de los alquileres temporales en todo el mundo está desempeñando un papel importante en la crisis de asequibilidad de la vivienda. Su expansión geográfica y cuantitativa, que hoy es de creciente interés también para el Sur Global, se está llevando a cabo en un contexto de desregulación generalizada y se está beneficiando del capitalismo digital. En este contexto, incluso los gobiernos más progresistas se enfrentan a una serie de dificultades para diseñar y, sobre todo, implementar regulaciones adecuadas para proteger el derecho de la población a la vivienda.
En el proceso general de financiarización inmobiliaria, la vivienda como vehículo de inversión es el objeto permanente de nuevas fórmulas que amplían la frontera de extracción de rentas urbanas que están altamente concentradas. Aunque los alquileres temporales se asocian tradicionalmente con residencias turísticas, su masificación también involucra a sectores de ingresos medios y «nuevas ciudadanías», como los «nómadas digitales», que combinan la movilidad del turismo con el trabajo remoto y que, aun así, en muchos casos son desplazados económicamente de sus países de origen.
Diversos estudios, especialmente en los países del norte global donde este fenómeno se viene produciendo desde hace muchos años, muestran la relación entre la expansión de la oferta de alquileres temporales de toda una unidad de vivienda y la dinámica del aumento del precio de la vivienda permanente y los procesos de desalojo de la población inquilina o de aquellos que no tienen seguridad de tenencia. Esto es evidente en las grandes ciudades, pero también en los pequeños aglomerados urbanos e incluso está afectando a las zonas periféricas y la vivienda popular o social en sí, con alquileres temporales o financiarizados ganando terreno en los asentamientos informales, barrios marginales y favelas.
El avance de estas plataformas y su impacto en el derecho a la vivienda se produce no solo en un contexto de falta de regulación, sino también de incentivo directo por parte de los organismos públicos. Si, por un lado, las ciudades están respondiendo a una mayor presión para regular estas plataformas, otras están colaborando directamente con ellas en estrategias para impulsar la economía local a través del turismo.
Es necesario enfrentar los alquileres temporales y/o de plataformas como un nuevo modelo económico para las ciudades, una nueva industria de la vivienda; y no solo como un fenómeno que afecta el acceso a la vivienda. Para ello, este evento busca esbozar un análisis de cómo se está estructurando el sector del alquiler temporal en sus componentes globales y locales, cuál es el papel de los diferentes actores involucrados, el impacto real en el derecho a la vivienda de diferentes sectores de la población y cuáles son algunas formas de garantizar este derecho en el contexto actual. En este sentido, la conversación busca reunir a una amplia gama de actores y organizaciones del Norte y Sur global que se están organizando y pensando en el fenómeno del alquiler temporal y/o de plataformas desde una perspectiva de derechos humanosreforzar las alianzas translocales comprometidas con el derecho a la vivienda en un contexto de creciente especulación a escala global.
Objetivos
El evento, coorganizado conjuntamente por el Centro de Estrategias y Acción para la Igualdad (CEAPI), la Oficina de la Coalición Internacional del Hábitat para América Latina, la Rosa Luxemburg Stiftung, The Shift and Urban Front, busca cumplir con los siguientes objetivos:
– Facilitar la comprensión del crecimiento de los alquileres temporales en el mundo, en el marco de un nuevo modelo económico de ciudades que se articule translocalmente;
– Permitir una conversación de múltiples partes interesadas para comprender cómo se ha estructurado este modelo en diferentes partes del mundo; los impactos que genera (particularidades y puntos en común); el papel de los diferentes actores en su promoción y estímulo; y las dificultades y logros en enfrentarlo.
– Fortalecer alianzas sobre el tema.